Historia
La construcción del ferrocarril, entonces conocido como
Ferrocarril del Sur, se inició en 1872, durante la segunda presidencia de
Gabriel García Moreno. La primera locomotora rodó el 18 de julio de 1873 desde
la estación de Yaguachi; al año siguiente, el 1 de mayo, empezó a funcionar el
primer servicio regular, entre Yaguachi y Milagro, ambas poblaciones de la
provincia del Guayas. Después de años de pocos avances, la construcción se
aceleró cuando el general Eloy Alfaro llegó a la presidencia en 1895.
Este presidente se propuso retomar y llevar a término el
viejo proyecto del ferrocarril del puerto de Guyaquil a Quito. Pero había una
tenaz campaña de oposición protagonizada tanto por conservadores como por
liberales. Mucha gente de aquel tiempo pensó que los Andes no se podrían
conquistar por medio del ferrocarril.
El 17 de junio de 1897, el gobierno firmó un acuerdo sobre
la construcción del "ferrocarril más difícil del mundo" con los
contratistas norteamericanos Archer Harman (de Virginia) y Edward Morely. Al
fin del año, se constituyó en New Jersey la Guayaquil and Quito Railway Company
y comenzó la construcción en el año 1899. Amenazaban el progreso de los
trabajos la frecuente actividad sísmica, las fuertes precipitaciones que a
menudo provocaban inundaciones, las enfermedades o las picaduras de serpientes.
Ante semejantes desgracias, los obreros desertaban o paralizaban los trabajos
en demanda de mejores condiciones. Cuatro mil trabajadores jamaicanos
participaron en la construcción del ferrocarril. Pero los jamaicanos eran
cruelmente afectados por la altura, las enfermedades y pestes. El propio
hermano de Archer Harman, el mayor John Harman, ingeniero jefe de la obra, y su
ayudante Georges Davis, murieron víctimas de las enfermedades. Los carriles llegaron
finalmente a un enorme obstáculo: una pared de roca casi vertical llamada
"La Nariz del Diablo". Muchas vidas se perdieron en la construcción
de lo que se considera como una obra maestra de ingeniería: un zig-zag cavado
en la roca, que permite al tren, avanzando y retrocediendo sucesivamente,
alcanzar la altura neceseria hasta Alausi.
Se dice que Harman, el ingeniero constructor de la línea, se
detuvo maravillado ante la formidable masa pétrea, ante la que pronunció las
palabras que habían de quedar grabadas en la historia de este ferrocarril:
"En la Nariz del Diablo quedará inmortalizado mi nombre". Sin
embargo, a lo largo de las obras de este tramo, como ya se ha señalado, se
multiplicaron los problemas de todo tipo. Durante una visita del general Alfaro,
el ingeniero le expuso las tremendas dificultades que suponía la construccióm
de este tramo del ferrocarril. Alfaro, hombre metódico y frío, le contestó:
"Primero tomaremos un whisky, después, venceremos al diablo".
Personal del ferrocarril el 24 de junio de 1908, un día
antes de la llegada del primer tren a Quito.
En 1905, el ferrocarril llegó a Riobamba, en la Región
Interandina del Ecuador. Mientras se alcanzaba el objetivo final, el
ferrocarril prestaba servicios al público en sus tramos ya terminados. Desde
Riobamba, la construcción fue más fácil. Se llegó al punto más alto de Ruta
Urbina (3604 metros) a finales de 1905. El júbilo por la llegada del
ferrocarril estalló en Quito el 25 de junio de 1908 cuando arribó la locomotora
n° 8 conducida por el maquinista Arturo Munizaga. El ferrocarril era una
realidad. El arzobispo de Quito, Federico González Suárez, envió un telegrama
al presidente Eloy Alfaro reconociendo su esfuerzo y la importancia de su obra.
Temporalmente, desparecieron todo tipo de rivalidades políticas.
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